El huerto de Amparito

Probablemente no en las mejores condiciones, de hecho, se le había dicho que el espacio el cual tenía para sembrar no era fértil.

Pero su carácter determinado, impaciente y para algunas personas "imprudente" le ayudó a ver más allá y atreverse a creer.

Inició con mucha dedicación y amor a sembrar. Al inicio no veía muchos resultados. Muchas veces el clima hacia de las suyas y otras veces alguien pasaba encima de sus siembras que con tanta dedicación había sembrado. Un buen día, contra todo pronostico, empezaron a verse los frutos de la dedicación. Aromas únicos, colores y sensaciones que solo pueden vivirse allí.

Y no, no estamos hablando de sus famosas frambuesas, de sus güisquiles y tampoco de la vainilla que hoy, descansa en paz.

Estamos hablando de este huerto que ahora es un hermoso jardín de 60 años de vida que sigue más vivo y floreciente que nunca. Un sitio mágico donde los números empiezan a perder su lógica.

En donde nos hacen creer que nadar 2,000 metros en 40 minutos es fácil, que tener más de 10 hobbies al mismo tiempo es posible y que cumplir 60 años y ser joven no es antagónico. Yo soy una cosecha de este jardín, que al igual que muchas otras personas no hubiera crecido de no haber sido por ti.